Antaño, hace un mes o así, hablaba de World of Warcraft, el MMORPG (juego masivo online) por excelencia, que si bien no fue el primero (Última Online y Everquest por ahí saludan), supuso la entrada del género en el mainstream de la industria, superando los 10 millones de suscriptores según datos del 2008, cuando no era ni medio normal llegar al millón en un juego de esta índole.
Como es lógico en un entorno competitivo, cada uno quiere su cacho del pastel, y se crearon juegos expresamente para intentar atraer jugadores de reinos de Azeroth, con un éxito mediano más bien tirando a pequeño. Hablo de Warhammer Online, Aion, Tera, Señor de los Anillos Online, Rift, Star Wars: The Old Republic, y un largo etc… No todos aguantaron la compostura y la mayoría tuvieron que ser reconvertidos al modelo free2play para poder subsistir en el mercado presente, casi afirmando la inviabilidad de la suscripción mensual, antes mandatoria en los juegos de mundos persistentes (sólo Eve online es el único juego que se me viene a la mente que sigue en pie así).
Hoy os traigo un nombre más de esta legión de juegos gratis “en-cierta-medida”, de artesanía surcoreana. Junto con Rusia, Surcoea es de los mayores mercados de entretenimiento f2p del mundo. Hablamos de Vindictus
Trata del mazmorreo, solo o acompañado de varios jugadores (otros tres en una mazmorra normal y más de 20 en una de raid). Si bien he notado que hay alguna mazmorra con mala relación esfuerzo-beneficio, el juego te permite endurecer tus aventuras a cambio de mejores recompensas: desde hacer que los enemigos sean más duros, hasta ponerse límites propios (evitar tropezar más de cinco veces, acabarse la misión antes de 20 minutos, no dejar que te rompan el equipo, etc...), algo que, al menos para mí, es bastante necesario, porque la experiencia normal es un paseo.
El juego dispone de seis clases que están representadas por personajes con nombres propios, más que usar el típico nombre genérico de guerrero, mago, etc... Se llaman Lann, Evie, Karok, Fiona, Vella y Kai. Todas las clases tienen el mismo rol: repartir toñas en ondonadas, solo que de diferentes formas.
Lo más sorprendente es que te introducen las clases con vídeos y recomendándote unas u otras dependiendo de si eres muy habilidoso haciendo combos, si no lo eres tanto o si eres novato en el tema. No quiere decir, de todos modos, que la clase con mayor golpes/segundo sea la mejor: Por ejemplo, Karok o Fiona, que son los más pausados, tiene el primero la habilidad de poder enfrentarse a bosses en un forcejeo, y la segunda la posibilidad de bloquear ataques, además de si bien tener unos combos cortos, no por ello menos poderosos.
Luego a distancia contamos con el arquero Kai o la hechicera Evie, y los trituradores que van con armas dobles, que son Vella y Lann. Sin paños en remojo, el juego no se hace menos o más difícil dependiendo de la clase, sino de que si la que escogiste se te adapta bien.
El apartado técnico del juego es solvente, contando con buenos modelados, desde pequeñas arañas hasta criaturas que son más grandes que el edificio donde vives. Teniendo los gráficos al mínimo no sangran en absoluto los ojos, y llama la atención que sea un juego asiático con un motor yankee, el Source de Valve, reconocible fácilmente por sus físicas, teniendo la posibilidad de coger cualquier escombro (dependiendo de tu clase y fuerza) y lanzarlo o usarlo como arma. Estuve en una mazmorra de hielo una vez, donde había dos puentes colgantes, uno encima del otro, sujetados por varios soportes de madera. Decidí aflojar un poco el puente de abajo cargándome un soporte, y me subí al que estaba encima. Me lo cargué, cayéndome sobre el puente de debajo y este cediendo debido al peso mío y del puente de arriba juntos. Este tipo de cosas no pasaban en la Nintendo 64, señoras y señores.
Artísticamente el juego también se merece una mención. Los monstruos no son lo más sorprendente del mundo, aunque están chulos (gnolls, kobolds, goblins, arañas...), pero lo que más me llamó la atención es el diseño de los personajes principales. Los hombres son atractivos, si, pero las mujeres son sexys y sin tener tetas enormes, un pedazo de logro teniendo en cuenta que es un juego del Este (Japón, toma nota). Y bastante necesario que era que lo hicieran así, porque fijándonos en lo que el juego te vende a cambio de dinero real, para casi más del 80% de la tienda cosmética necesitas sacar tu cartera, pero de eso hablaremos más adelante.
La interfaz es vistosa, con su correspondiente botón de Facebook abajo, la barra de acción arriba, el minimapa en una esquina, etc... Me encantan los juegos con información completa en pantalla, sobretodo si juego con el mando de la xbox 360, el cual funciona bien en un género de este tipo.
Vamos a llevarnos bien...
Centrándonos en el tema de las habilidades, que las hay, y bastantes, el enfoque es un poco especial. Yo cogí como personaje a Fiona, que es como la más estandar: escudo y espada. A medida que sales a completar misiones, vas ganando no sólo experiencia y oro, sino APs, que sirven para potenciar las habilidades, que normalmente suelen ser pasivas (mas vida, mas daño, mejor bloqueo, etc...) y también algunas activas. Puedes hacer casi todos los combos al principio, pero invirtiendo, consigues que un combo concreto haga más daño y tenga más probabilidades de noquear al enemigo. Y dije especial al principio del párrafo porque de toda la vida en los Hack n´ Slash que yo he jugado los combos son lo que son, sin grumitos, hacen el daño que hacen, independientemente del nivel que tengas. Quizás es sólo una excusa para que puedas mejorar algo con todo lo que recolectas, pero creo que se podría haber aprovechado mejor, como otorgando a cada combo un efecto adicional si los subes de nivel, pero no simplemente que te den todos una "probabilidad de noqueo" y un aumento de daño básico.
Me he percatado que mi personaje tenía un combo claramente superior al resto de su arsenal, que era el más dañino con pronunciada diferencia, y como tal no me motivaba hacer otro combo que aprendí que requiere complicarse un poco más la cabeza a cambio de peores resultados. He leído por internet que ya, que es el combo más mortal pero que se compensa "por su gran gasto de estamina", pero yo nunca me he visto en la situación de tener la estamina crítica (controlando a uno de los personajes ligeros en cambio si que es sencillo). Otro detalle molesto es que realizar patadas (ataque normal + bloqueo) es más complicado con la clase de la escudera que con sus otros compañeros, cosa bastante irritante sobretodo si te obligan a hacer una misión que consiste en matar a un boss a base de patadas (no es tan divertido como suena, no). De todos modos, yo he llegado sólo hasta nivel 24, siendo esta una experiencia cuyo culmen se alcanza en nivel 80, así que quizás la cosa mejora luego. Por otro lado, el apartado de profesiones te permite forjar nuevas armas, crear objetos mágicos, etc... con una interfaz casi idéntica a la de World of Warcraft. Para forjar objetos, necesitas tales materiales que encuentras en tus escapadas infestadas de monstruos. Nada nuevo en el horizonte.
Un buen juego masivo no puede ser analizado como dios manda sin probar antes una Raid, me dije. Y probé a participar en una Raid contra un oso polar enorme con más de 16 personas a la vez. Los enfrentamientos contra jefes, ya no sólo de Raid, sino cualquier jefe, tienen una secuencia de entrada espectacular, que son coherentes con las toñas que te reparten si te despistas. Me sentí confuso, porque habré muerto como siete veces seguidas.(decir que si os morís solos y queréis resucitar en el mismo combate, necesitareis €). Vuelvo a repetir, que sólo llegué al nivel veintipocos, y no puedo hacer mucho juicio sobre cómo son estos enfrentamientos en masa, pero si cogéis en youtube y veis raids contra monstruos de nivel 70, son tremendas (mejor no vincularemos nada aquí por riesgo de spoiler).
El juego también tiene una historia principal, a la cual no presté mucha atención (es que necesitaba descargar estrés, hombre). Sigue la forma de narración de muchos JRPG con cuadros de texto acompañados por dibujos de las caras de los personajes expresando diferentes emociones, muy bien dibujadas. El juego es una precuela de Mabinogi, otro f2p más antíguo y con una estética colorida, tirando más al manga y siendo mayormente un JRPG. A diferencia de este, Vindictus se desarrolla en una época de guerra, y eso respeta la seriedad estética que tiene con respecto al anterior juego, con entornos más oscuros y reales, personajes que parecen adultos y la existencia de sangre. Una facción compuesta por diferentes monstruos, los Formorian, amenazan la paz de un reino... y eso es lo que sé. También que se sospecha que hay fuerzas oscuras, que hacen crecer monstruos normales a monstruos de Raid, ¡qué cosas! Pero bueno, si os gusta más este tipo de relatos, quizás encontráis chicha y de la buena (sólo avancé 2 capítulos).
Llega el apartado más importante... ¿cuanto cuesta el juego? Es gratis de primeras. Lo normal en un f2p es mirar si es un pay2win, lo que viene siendo que gastes dinero y disfrutes de un juego mejor que el que juegan los jugadores morosos, cosa que puede estropear la reputación del título. No temáis, lo que compras, además de cosmética, hay desde mascotas hasta equipos de set y potenciadores de experiencia.
Para comprar se utiliza Nexon Cash, también consumible para otros juegos de la compañía como Combat Arms o Maple Story. He de decir que quizás necesiten un "empujoncito" en el departamento de marketing: entras, y ves varias ofertas, que son 5.000 NX por 5€, 10.000 NX por 10€, 15.000 a cambio de adivinad cuanto, etc... vaya, aparte de que la web del juego no está debidamente actualizada (falta información de una de las clases). Como no, echándole un vistazo a la tienda de moda, vi que cada peinado costaba por 1.300 NX si lo deseas para 31 días, o 4.300 NX si quieres que el objeto sea permanente. Yo soy de los que opinan que lo que compres, mejor que se te quede para siempre, pero bueno, todo esto depende de vuestra situación monetaria y ganas. Además, gastarme casi 5€ sólo por un peinado permanente quizás me parezca un poco caro.
Vindictus es un juego que entra por los ojos, que te hace sentir incómodo porque te pueden acabar gustando esos personajes tan bonitos y que pienses "oh dios mio pero si sólo es un montón de polígonos... uish!", y como experiencia machaconera de botones es también muy buena, sin contar ciertas incongruencias en el sistema de nivelado y habilidades, pero requiriendo cierto timing dependiendo de la clase y de los monstruos a los que te enfrentas después de los primeros compases. Aunque no hayas jugado títulos como Devil May Cry pero sí JRPGs en tiempo real como Final Fantasy XII y te haya gustado, puedes encontrar algo interesante en él.