Hace algo más de un año descubrí Soylent. Un producto nacido en 2013 con el objetivo de crear un batido con todos los nutrientes que necesita un adulto a lo largo del día. Lo que hace no muchos años hubiese sido producto de la mente de un escritor de cómics en su intento por describir un futuro distópico, se materializó como una solución para aquellos que, simplemente, quieren ahorrarse el tiempo que gastan cocinando. La fórmula del batido se compartió públicamente, e inmediatamente aparecieron otras empresas que replicaban y mejoraban el producto.
En Europa las más famosas son Joylent y Queal, así que, como me quedaban a mano, decidí probarlos. Actualmente llevo casi un año sustituyendo mis desayunos (leche con colacao, básicamente) por estos productos, y confieso que aunque era muy escéptico, lo cierto es que me encuentro mejor por las mañanas. Además ahora, irónicamente, cocino más por placer (¿?).
Joylent es la primera de las que he probado, y he podido constatar cómo ha evolucionado el sabor y la composición a lo largo de los últimos meses. Queal tiene mayor variedad de sabores, pero personalmente la mayoría de ellos no acaban de gustarme, quitando el ya mencionado chocolate, y el mismo sabor pero con avellana. La principal ventaja de Queal es que los pedidos tienen un tiempo llegada razonable. Joylent es una empresa pequeña que se ha visto desbordada por su popularidad, y en ocasiones los pedidos pueden llegar a demorarse hasta 30 días. Es algo más barato, pero hasta que resuelvan el problema prefiero comprar Queal. A la espera estoy de una solución española.
Este tipo de productos despertó mi curiosidad. ¿Existirían iniciativas similares con otros formatos? Y la respuesta fue afirmativa. Durante décadas hubo intentos de imitar la carne basándose en algún tipo de vegetal o planta, pero el éxito de esos intentos no fue demasiado lejos, ya que el resultado no era suficientemente convincente. Beyond Meat es una iniciativa que, más allá de intentar elaborar algo como el tofu y presentarlo como pollo, tiene la intención de crear un producto que imite al pollo no solamente en sabor, sino en textura, algo que parece que está convenciendo a aquellos que lo han probado.
El proceso productivo que han diseñado ha conseguido imitar la textura fibrosa del pollo, de tal forma que les resulte más fácil superar la barrera de producto marginal, categoría a la que habían quedado relegados sus competidores. Con más nutrientes, por si fuera poco. En el enlace que puse arriba podéis ver que comercializan bastantes productos de "carne basada en vegetales". Uno de los mayores problemas de la producción de carne es la enorme cantidad de recursos que se necesitan por cada Kg, y parece que el proceso productivo de estos tipos es más eficiente, o al menos eso dicen en su web. Pero no se trata de idealistas, sino de científicos que quieren meterse en la industria de la carne con un producto competitivo. He mirado en su web y no se comercializa aún en España. Las tiendas que tienen en Europa parecen muy enfocadas al sector vegano, lo cual contradice su discurso de convertirlo en un producto mainstream. Tampoco he sido capaz de encontrarlo en las webs de Walmart ni CostCo, y el store locator no parece mostrar stock en grandes cadenas, asi que tienen un largo trabajo por delante.
En Amazon USA podemos hacernos una idea del precio. Es un poco confuso, pero parece ser que el peso del paquete son 4 libras, o más bien 3,375 (6 piezas de 9 onzas), que vienen a ser 1,5308742 Kg. A 32,45 $ tenemos un precio por Kg de 19,2 € aproximadamente, lo que parece exageradamente caro, por lo menos para los estándares españoles. Ya pueden ponerse las pilas, porque no son los únicos en esta carrera.
Aunque parezca que, en cierta medida, pueden venir a reinventar la rueda, la cultura de Sillicon Valey está gestando iniciativas interesantes en este sentido. Creen que la industria alimentaria tradicional no innova lo suficiente, y ante mi superficial conocimiento del sector diría que tienen bastante razón. Da la impresión de que todos los esfuerzos se centran en el marketing, por lo menos en España. Si puedes llevar la contraria, te ruego que me lo hagas saber.
Otro de los productos que están apareciendo son los "huevos sin gallinas" de Beyond Eggs, que, sino no he entendido mal con mis limitados conocimientos, se diferencia de la huevina en que ni siquiera es un derivado del huevo. No hay relación alguna con la gallina y además, según sus propios creadores, está fundamentalmente pensado en las necesidades de la industria. Es decir, un producto que aporte la misma textura, sabor, se conserve mejor en el tiempo y, además, sea más barato. Evidentemente esto está por ver, pero si lo consiguen desde luego será un duro competidor de la huevina. También aseguran que no tiene colesterol y que, evidentemente, ninguna gallina sufre en el proceso.
Pero la innovación no viene solo de la mano de nuevos productos, sino también de nuevas formas de obtenerlos, como es el caso de las granjas verticales, donde se está experimentando con el cultivo en sólidos distintos a la tierra, hidroponía, con leds que sustituyen a la luz solar, canalización más efectiva de los nutrientes y robotización del cultivo. Imagina una moderna ciudad con rascacielos, donde algunos de ellos no consisten en oficinas o espacios residenciales, sino en enormes granjas dentro de la ciudad, reduciendo no sólo los costes de producción, sino de transporte, que es quizá lo más fundamental. Al usar sustratos artificiales se elimina la necesidad de usar pesticidas, herbicidas y demás productos químicos.
Pero… ¿Podrán triunfar?
Uno de los mayores problemas que veo a corto plazo para este tipo de productos es la percepción que tendrá el consumidor. La mayoría de los alimentos procesados actuales tienen mala fama por incluir aditivos, unas veces con más razón que otras, como es el caso del abuso del azúcar y la sal. Actualmente si existe una tendencia es la bio-green-natural o como quiera uno llamarlo y, evidentemente, pueden convencer a algunos consumidores (como los veganos) de que una Hamburguesa cuyo origen está en células madre o una combinación de ingredientes en un laboratorio, es mejor alternativa que tener a millones de animales sufriendo una vida miserable.
Además, está el discurso contra los transgénicos, que también podría aplicarse aquí. ¿Cómo sabemos que no es malo?. De momento, existe la ventaja de que no hay un Monsanto haciendo de las suyas, de forma que la construcción de hombres de paja se complica.
A medio plazo, los retos que plantea el crecimiento poblacional acabarán por forzar la presencia en el mercado de este tipo de productos. Si finalmente es cierto que requieren menos recursos, será inevitable. No arreglarán el problema de base (que somos demasiados y crecemos demasiado rápido) pero en el momento que se planteen como una solución de necesidad, probablemente no haya alternativa.