Esta es la segunda parte de "Gurús de la seducción", una transcripción y formato de este vídeo. En la primera parte habíamos visto que: - No es cierto que los hombres tengan expectativas poco realistas sobre el cuerpo de las mujeres. - Hombres y mujeres tienen expectativas muy parecidas pero ellas son más selectivas que ellos. - Las mujeres valoran a los hombres como un todo; los hombres valoran a las mujeres por partes.

Recapitulando lo que sabemos hasta ahora, habíamos visto que hombres y mujeres tienen iguales expectativas con respecto a cómo serían sus parejas ideales. Un 25 por ciento más atractivas que ellos mismos en ambos casos, pero que también tienen métodos de valoración distintos. En el caso de los hombres su valoración es aditiva. Lo importante es que los rasgos positivos de una pareja potencial sean en general más que los negativos.

En el caso de las mujeres la valoración es multiplicativa. Un solo defecto grave es suficiente para descalificar a un candidato. Además según los cálculos que habíamos hecho los requisitos que una mayoría de las mujeres valoraría realmente no deberían ser muchos. En torno a 4 es el número de factores que mejor coincide con la distribución de pareto que podemos ver en sus preferencias.

Como había dicho en el vídeo anterior la cuestión estaría en determinar cuáles son esos factores y es aquí donde surgen varias interpretaciones según a quién preguntes.

He dividido las distintas teorías que me he encontrado en dos grandes familias a las que he llamado respectivamente teorías de la seducción de mínimos y teorías de la seducción de máximos.

Seducción de mínimos Seducción de máximos
- Interpretación propia de feministas, gurús "pop" de la seducción y gente "buenista". - Interpretación propia de PUAs o gurús de la seducción esotéricos
- Ligar como proceso sencillo - Ligar como sistema
- Seducción basada en la evitación de defectos muy evidentes - Seducción basada en la aplicación sistemática de estrategias predeterminadas
- "Si no ligas es porque eres machista o necesitas una ducha" - "Sigue este sistema para atraer a cualquier mujer fácilmente..."

Las primeras serían aquellas que compartirían los gurús de la seducción pop, las feministas y algunos púas, y se basarían en defender la interpretación de que para ligar todo lo que un hombre debería hacer sería cumplir una serie de mínimos, es decir, una lista de cosas que no hacer. Por ejemplo no ser descuidado en la higiene personal, no demostrar problemas de autoestima o no ser machista.

A quí curiosamente es donde las feministas coinciden con sus rivales acérrimos y donde nos encontramos también con consejos tan aberrantes como los de Barbijaputa cuando dice que si no ligas deberías hacerte feminista, porque te llevarían los coños.

La segunda familia por el contrario son las interpretaciones que sostienen que para seducir a cualquier mujer debes aprender practicar y cumplir unas máximas fijas, normalmente en la forma de sistemas de contacto físico planificado, o de estrategias de persuasión retóricas.

Esta es la interpretación de una mayoría de los púas, y de los grupos más esotéricos de gurús de la seducción, y de acuerdo con su visión del mundo toda relación entre hombres y mujeres sigue estos principios.

La única razón por la que las personas ajenas a sus círculos pueden llegar a tener éxito sin aplicar esos conocimientos sería porque algunas personas se comportan de acuerdo con ellos de manera intuitiva.

Ahora bien lo que todos ellos tienen en común, y este es precisamente el motivo por el que coinciden con las feministas, es que son relativistas, en el sentido de que todos ellos creen que el atractivo es un rasgo fundamentalmente cultural o aprendido. La diferencia principal entre ellos está en que la escuela de la seducción de mínimos es exotérica, busca que el mundo exterior acepte sus ideas, mientras que la escuela de la seducción de máximos es esotérica, cree poseer un conocimiento secreto que les confiere una ventaja con respecto al resto, y buscan explotarlo para su propio beneficio.

En cualquier caso como grupos relativistas, púas, gurús de la seducción y feministas, suelen negar la importancia del aspecto físico como factor del atractivo.

En el caso del feminismo radical, suele decirse incluso que las preferencias por rasgos físicos son menos cánones de belleza arbitrarios impuestos por el patriarcado, y que todos somos igual de aractivos, sin embargo hay buenos motivos para rechazar esta idea.

En primer lugar 11 meta-análisis abarcando cientos de estudios científicos demuestran que en general la gente de todas las culturas del mundo está de acuerdo en que individuos son físicamente atractivos y que individuos no lo son, evidenciando que estos juicios tienen una base biológica.

En segundo lugar sabemos que ciertamentelas mujeres, de hecho prefieren a los hombres más atractivos e incluso cuando aceptan salir con personas convencionalmente feas, les hacen esperar más tiempo antes de salir con ellos.

Esto quiere decir que cuando una pareja entre una persona atractiva y una persona poco atractiva se forma, no es que esos sean sus gustos esa persona sigue siendo consciente de la diferencia, y como tal tiene un comportamiento distinto al que tendría con una pareja más atractiva.

De hecho el aspecto físico es uno de los factores más importantes de la atracción según los estudios.

El problema está en que esto suena mal decirlo y por eso los buenistas que defienden el relativismo cultural prefieren atribuirse los factores que, en principio, son más fáciles de explicar por medio de la influencia cultural o la educación, como por ejemplo la personalidad. Sin embargo yo no creo que la personalidad sea un factor relevante en la seducción, porque generalmente las diferencias entre algunas personas y otras no son demasiado grandes.

Cuando conocemos a alguien, a no ser que diga o haga algo excepcionalmente bueno o malo, la mayoría de la gente es esencialmente igual, y casi todas las interacciones pueden describirse como correctas sin más. De hecho lo contrario sí que sería alarmante.

Nota: Con esto me refiero a la personalidad durante la seducción sin relación previa. Una vez empezada una relación, la personalidad sí que tiene cierto peso, como veremos más adelante. Además, con la "personalidad" me refiero fundamentalmente a cualidades objetivamente positivas o negativas (ej: "ser buena persona", o cualquiera de los otros típicos feministas), no a otros fenómenos como la homofilia (la tendencia a emparejarse con personas similares), que es otro asunto.

Volviendo al gráfico del vídeo anterior, de cómo las mujeres puntúan a los hombres, que la personalidad fuese el ingrediente principal significaría que una mayoría de la sociedad son malas personas, y esto evidentemente no es cierto.

Por otra parte, cuando la personalidad importa, no siempre es para bien. Por ejemplo, los adolescentes diagnosticados con TDAH tienen más éxito con las chicas, algo que es preocupante si tenemos en cuenta que ese diagnóstico está correlacionado con la presencia de rasgos psicopáticos en la edad adulta y con la participación en actividades criminales.

De hecho, otros estudios indican que los perfiles psicológicos relacionados con la tríada oscura, psicopatía, narcisismo y maquiavelismo, incrementan la popularidad con las mujeres. Probablemente porque los psicópatas son más hábiles manipulando las impresiones de las mujeres.

Tríada oscura como producto de la selección sexual:

Podemos concluir a partir de estos datos que ser buena persona no tiene correlación con el atractivo, pero podría ser que otros rasgos de la personalidad como el sentido del humor o la inteligencia sí que fuesen el factor principal de la atracción.

Estos dos últimos, pero sobre todo el humor, son una de las propuestas favoritas de los gurús de la seducción. Desafortunadamente el humor no sustituye al atractivo físico.

Según este artículo los chicos graciosos sí que eran preferibles a los no graciosos, pero sólo si también eran atractivos, y peor aún según este otro el sentido de la relación es el inverso, o sea la gente atractiva es percibida como más graciosa, pero la gente graciosa no es percibida como más atractiva.

Lo mismo podemos decir de la inteligencia un hombre inteligente es más deseable que uno que no lo es, pero primero debe cumplir con un cierto nivel de atractivo físico para que su inteligencia sea tenido en cuenta. Y como en el caso del humor, la gente tiene un sesgo que les hace ver a la gente atractiva como más inteligente. Así cuando alguien dice que le gustan las personas inteligentes o graciosas, hay una buena posibilidad de que lo que pase sea lo contrario, que las personas que le gustan le parezcan más inteligentes y graciosas.

De hecho se puede determinar lo poco que importa la personalidad comparando cómo valora la gente a los mismos individuos, conociendo y sin conocer su personalidad. Y este es un experimento que el autor de OkCupid ya llevó a cabo en su página web.

Aquí podemos ver como las puntuaciones de la personalidad que los usuarios otorgan a sus parejas potenciales en OkCupid, guardan una proporción directa con la valoración de su atractivo físico.

Esto por sí mismo no es suficiente como para afirmar que un dato es consecuencia del otro. Tal vez las personas más atractivas tengan realmente una mejor personalidad, pero es muy sospechoso que haya perfiles de gente muy atractiva completamente carentes de texto pero en el top 1% de mejores personalidades, y nuestras sospechas se confirman cuando contrastamos los datos con el experimento del mismo autor, en que les enseñó los mismos perfiles a sus usuarios con y sin texto.

La gente determina la calidad de tu personalidad a través de tu atractivo físico, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta lo nebuloso del mismo concepto de una calidad de la personalidad. Y esto no solo es cierto en OkCupid, la ciencia lo confirma, la personalidad de una misma persona es evaluada de diferente manera antes y después de haberse sometido a una cirugía estética, y cada rasgo específico está asociado a una determinada percepción. Este tipo de juicios se llevan a cabo en apenas milisegundos tras haber sido expuestos a una cara, y sus consecuencias en la toma de decisiones no pueden ser corregidas incluso cuando se trata conscientemente de no ser prejuicioso. Simplemente parece que así es como funciona el cerebro humano.

En consecuencia podemos estar bastante seguros de que el aspecto físico es el primer elemento de la atracción, y que la personalidad no es relevante excepto como factor excluyente en casos extremos.

Específicamente los estudios científicos señalan que el aspecto físico es el principal predictor de la atracción [2] y que la personalidad no tiene ningún poder predictivo.

Afinando aún más, en el contexto de las citas rápidas, sólo el atractivo y la participación en actividades deportivas o ejercicio físico predecían el interés romántico inicial, o lo que es lo mismo, la cara y el cuerpo.

Otro de los grandes temas de los gurús de la seducción es el de la confianza en uno mismo. De acuerdo con esta interpretación un comportamiento relajado y decidido es el determinante principal del resultado de un intento de seducción. El consejo que se suele dar es, por tanto, tener confianza en uno mismo. O incluso fingir tenerla hasta que te salga de manera natural. En ocasiones este consejo se solapa con el de la insistencia, de una manera que considero bastante peligrosa y nociva para el aprendiz de seductor.

Dejando aparte la cuestión de si realmente es posible fingir este tipo de comportamientos de manera realista, la estrategia en sí misma está condenada al fracaso. Este artículo encuentra que los hombres con una falsa confianza en sí mismos no tenían más éxito con las mujeres, y varios otros estudios como por ejemplo este, nos indican que un mismo comportamiento se interpreta de manera completamente distinta dependiendo de quien lo lleva a cabo.

Cuando los gurús de la seducción te dicen que si quieres tener el éxito de una persona atractiva, te comportes como tal, lo que están ignorando es que aún si tu comportamiento fuese idéntico se percibiría de manera distinta, porque tú no tienes la cara de la persona a la que imitas.

Todo esto nos lleva a una conclusión bastante deprimente, la de que la mayoría de la gente es muy superficial y lo único realmente importante de la seducción es el atractivo físico y facial. Pero aunque a priori esto pueda parecer extremadamente negativo, me gustaría terminar con una serie de matices bastante positivos que contrastan con la parte más cínica de la escuela de la seducción de máximos.

Para empezar todo lo que hemos visto hasta ahora se refiere únicamente a la fase inicial de la seducción, y no a las dinámicas que se dan una vez empezada la relación. A pesar de la interpretación de algunos PUAs, irónicamente parecida a la de las feministas radicales, de que una relación es una dinámica de poder que se mantiene a través de la continua demostración del hombre, de su dominancia y su masculinidad, lo cierto es que el predictor principal de la continuidad de una relación ya empezada es la amabilidad, no la dominancia, ni tampoco el aspecto físico el físico. Es una herramienta poderosa para atraer la atención de las mujeres pero no es suficiente por sí mismo para retenerla indefinidamente.

Además yo creo que el hecho de que el aspecto físico sea el único factor relevante del interés inicial, es el mal menor. Esto significa que el dinero y el estatus no tienen tanto peso como le atribuyen algunos. Esto no significa que sean factores irrelevantes, no lo son, pero el atractivo físico, que es mucho más fácil de mejorar que el nivel socioeconómico, tiene mucha más relevancia que este.

De hecho una de las implicaciones del modelo multiplicativo que habíamos comentado en el vídeo anterior, es que para quienes están abajo del todo es relativamente fácil ascender, por lo menos hasta la media, porque cualquier mejora que hagan tendrá también un impacto en todos los demás rasgos. A partir de ahí el progreso se vuelve más difícil, pero otra repercusión positiva es que, como todo está relacionado con todo, prácticamente cualquier mejora que hagas será la opción correcta.

En otras palabras no hay una única fórmula a seguir, como plantean los partidarios de la seducción de máximos. Ee hecho es justo al contrario, cuanta más variedad de cosas pruebes, mejor.

Esto significa que los métodos pautados y guionizados de los PUAs son incorrectos, y son incorrectos porque se basan en una premisa equivocada. La hipótesis de partida es que las mujeres testean sistemáticamente a los hombres para ver si estos son capaces de neutralizar sus defensas, y que la forma correcta de pasar estas pruebas es darles una razón por la que rendirse a su pretendiente. Pero esto no es cierto.

En el mundo real no hay ninguna evidencia de que las mujeres se hagan las difíciles, lo que pasa es que no les interesas. Y aquí es donde llegamos a la cuestión central del vídeo, las estrategias de seducción de los PUAs y los gurús de la seducción no funcionan porque no existe la seducción. Cuando los investigadores observan directamente estas interacciones entre hombres y mujeres, resulta que los chicos que terminan teniendo éxito son aquellos por los que sus parejas ya tenían un interés previo. Lo mismo aplica a cuando los hombres consiguen tener sexo. En un estudio científico al respecto, los resultados señalan una correlación muy alta entre el momento en que esto sucede y las expectativas de las mujeres, pero muy baja con respecto a las expectativas de los hombres.

Las chicas inician y controlan el resultado de esta supuesta seducción, lo que significa que todas esas técnicas de los PUAs y gurús de la seducción son supersticiones que les hacen creer a sus seguidores que tienen algún control sobre los sentimientos de la otra persona.

En general lo que está pasando es que, a base de ensayo y error, estos chicos lo terminan intentando las suficientes veces como para encontrar a alguien que esté interesado. Creo que esto tiene sentido si tenemos en cuenta lo extraño que es el propio concepto de que una especie de trucos mentales o lingüísticos puedan cambiar fundamentalmente los sentimientos de una persona.

Obviamente los gurús de la seducción te venden que el resultado de una noche de ligue depende de ti porque en ello les va el negocio, y se concentran en el comportamiento porque es algo que pueden pretender enseñarte, mientras que el aspecto físico no es algo que se aprenda de un maestro.

En realidad el resultado de una noche de ligue para la mayoría de las personas, las que no son inusualmente atractivas, depende sobre todo del azar de explotar las diferencias naturales entre los gustos de unas chicas y otras, y de tener la suerte de intentarlo con alguna a la que le parezcan más o menos un 25 por ciento más atractivo que ella misma, y no hay más secreto.

Estás en Amagazine > Citas y Ligar